
P. Humberto Palma Orellana
El castigo: ¿medida disciplinar o agresión encubierta?
20.05.2014 21:21“Cuando Ambrose Robinson descubrió que su hijo de diez años se había llevado una golosina de un quiosco, se la hizo devolver y lo obligó a disculparse con el empleado y los clientes. Después de haber aceptado la disculpa, el empleado trató de darle nuevamente la golosina a David, pero su padre no lo permitió. No puede tenerla -le dijo al empleado-. No es su golosina. Ambrose se llevó entonces a David y a su hermano a la casa y les dio una paliza a ambos; a David por la fechoría y a su hermano por haber sido cómplice de ella. Veinte años más tarde, David Robinson -el jugador más valioso de la NBA de 1995, un pianista clásico, un fenómeno de la computación, y un activista comunitario- recordó: “Nunca olvidaré la sensación que tuve, de pie detrás del mostrador después de haber sido desenmascarado como un ladrón. Me dejó un impresión imborrable. Esa era la forma que tenía mi padre de mostrarme qué tipo de persona debía evitar ser. Después de eso, robar dejó de ser una opción para mí” (En: SHAPIRO L., La inteligencia emocional de los niños, Ed. B (3ª), Buenos Aires, Argentina, p. 77).
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